No tenía intérprete de quechua para defenderse y fue condenada
Condena a perpetua en español
Reina Maraz fue detenida, acusada del crimen de su marido. Ella se dijo inocente, pero en quechua. La Justicia recién le reconoció intérprete después de tres años de presa. Ahora la condenaron a perpetua tomando al pie de la letra el pedido del fiscal.
Allí, según esa versión que no alcanzó a ser creída por las juezas, Reina era entregada por Santos a Tito Vilcar, un vecino, para que se cobrara sexualmente las deudas de juego que había contraído. Un día de noviembre de 2010, Santos y el vecino pelearon fuera del horno de ladrillos. Luego, regresó Vilcar y le dijo a Reina que su marido se había ido al pueblo. Pero no regresó. El 16 de noviembre la mujer presentó la denuncia en la comisaría de Varela. El cuerpo fue hallado enterrado dentro del campito donde se encuentra el horno. El comisario de aquel momento declaró en el juicio que la mujer hablaba el español, lo que parecía desmentir que no entendiera. La versión policial sobre los conocimientos de las mujeres suele ser tan errónea como el trato que le dispensan como culpables de género. Lo cierto es que la esposa del dueño del horno de ladrillos desmintió al comisario.
El pedido del fiscal Fernando Celesia a perpetua se basó en que consideró como agravante el robo del dinero de Santos, pese a que durante el juicio, en ningún momento se planteó si ese dinero siquiera existía. Y el sustento lo tomó de una cámara Gesell realizada al hijo de Reina, fuertemente criticada: el propio fiscal interrogó al niño como si se tratara de un adulto, sin ninguna técnica psicológica, sin poner en escena juegos a través de los que el chico pudiera simbolizar.
“Lamentamos que el tribunal no haya escuchado ni incorporado la voz de Reina”, dijo Margarita Jarque, directora del Area de Litigio Estratégico de la CPM y que fue quien logró imponer la intérprete como necesidad de la defensa. Reina Maraz continuará en prisión domiciliaria hasta que exista resolución de Casación a la apelación que presente la defensa.
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