El funeral que llegó 130 años después
Margarita Foyel fue secuestrada en 1884 y llevada prisionera al museo platense. Murió en 1887 y terminó exhibida en una vitrina. Ahora será inhumada en su comunidad de origen.
Junto al fuego, la comunidad se mantendrá en vigilia para, a las 6 de la mañana, dar comienzo a un guillipun, ceremonia mapuche “para dar aviso a las fuerzas de la entrega de Margarita”, precisó Ose. Después se procederá al entierro de los restos en una zona montañosa de la comunidad. “Se trata de un evento muy importante desde lo espiritual, porque ella se fue y nadie sabía qué le había pasado. Ahora regresa a su tuwün (territorio de origen) y para nuestro pueblo esto marca un nuevo ciclo de lucha.”
Margarita falleció en 1887, a los 33 años, mientras permanecía cautiva en el Museo de La Plata, tras ser capturada tres años antes por el Ejército a modo de castigo ejemplar contra los pueblos originarios que se rebelaban ante la llamada Conquista del Desierto. El cuerpo de Margarita, como los de otros miembros de comunidades aborígenes, estuvo exhibido en el museo durante décadas y luego, a raíz de los reclamos, fue retirado de las vitrinas el 22 de agosto de 2006. Años más tarde, el 10 de diciembre de 2014, los restos de la mujer fueron restituidos a su pueblo junto a los del cacique Inacayal y los de su mujer.
El coordinador del colectivo Guías (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social), Fernando Pepe, explicó que tanto el cacique Inacayal como su mujer fueron enterrados a fines del año pasado, después de su restitución. Además, el antropólogo destacó que “hubo muchas trabas burocráticas que demoraron estas restituciones e incluso la falta de un inventario, lo que complicó la identificación de los restos de las personas que vivían en el museo”.
Para el referente de Guías son múltiples los factores que generaron las condiciones para estas restituciones. En primer lugar, “con la llegada de la democracia hubo espacios para reclamos que por supuesto durante la dictadura no se pudieron dar, y las comunidades empezaron a organizarse”. También, el antropólogo resaltó la reglamentación, en 2010, de la ley 25.517 que establece que los restos mortales “deberán ser puestos a disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que los reclamen”. Esta reglamentación nombró como autoridad de aplicación al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), que coordinó las distintas restituciones –en las que también trabajó Guías–, cuatro de ellas a nivel nacional y una de ellas que permitió devolver a Paraguay los restos de una niña de la comunidad aché que se encontraban en un museo en Alemania.
En tanto, Silvia Ametrano, directora del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, relató que por los escritos antropológicos de esa época, existen descripciones muy interesantes sobre Margarita, que sostienen que se trataba de una mujer “de una personalidad muy alegre, con buenos modales y también muy bella, como se puede ver en el registro fotográfico de la época”. La directora consideró que “es evidente que están ocurriendo procesos de búsqueda de reconocimiento y reparación a los pueblos originarios en los que la ciencia es interpelada y cuestionada tanto en las prácticas que tuvo en el pasado como a las que tiene en la actualidad”.
Informe: Paz Azcárate
la foto que ilustra la nota no correponde a Margarita Foyel, sinó a Ana Llanke-neu de Inacayal.
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